(gracias Miguel Ángel Martín por la imagen)
Pensaban: ser mujer no puede influir en
tu trabajo.
Decían: ser madre
no puede afectar a tu trabajo.
Ser madre no es lo más importante, no es lo que te define, no es siquiera una
ocupación de final de jornada.
Se escuchaba en ese despacho, paneles de cristal, y fuera,
mesas en fila con mujeres jóvenes. En esa oficina, noventa y cinco por ciento
mujeres (jóvenes y peligrosas: en edad de procrear).
-Tienen que organizarse. Nosotras nos organizamos, lo
hacemos. No hay que ser... ya sabes, blandas.
No hay que ser
blandas.
-Todas hemos pasado antes por esto. Embarazos, bajas de
maternidad, crianza. Y nos hemos apañado. Siempre te las apañas. Que no vengan
ahora con cuentos.
¡Jornada reducida!
¡Horarios razonables!
¡Reuniones de padres en el colegio!
No, no, ese no es el camino. Aquí todo el mundo trabaja
hasta el final, hasta el final de sus fuerzas. Eso es la igualdad.
Una planta llena de mesas, una oficina diáfana, redacción
femenina. Reuniones a las siete de la tarde, viajes imprevistos, escribir el
fin de semana, todas lo hacemos,
hasta las jefas, es lo que toca, no me mires así, si nosotras lo hemos hecho,
tú puedes, tú puedes, tú debes, tú tienes que, nos las apañamos, cuando veo
esas madres del colegio llegando a las cinco a recoger a sus hijos, ¡a las
cinco!, como si no hubiera nada que hacer (risas), nosotras no somos así,
piensas:
no, vosotras enviáis a vuestras cuidadoras a recoger a
vuestros hijos,
tú también lo haces, sí, qué remedio, mujeres extranjeras o mujeres
con aspecto de estar un poco perdidas y nerviosas, no se vaya a escapar el hijo
de otra, mujeres que recogen a los hijos de otras, no queda más remedio, no
pasa nada, tú lo haces, te parece razonable, te parece que no queda más
remedio, pero ese tonillo:
No hay que ser blandas.
Misoginia en las mujeres.
Esa, con sus hijos siempre enfermos.
Esa, con sus ganas de salir pronto a por los niños.
Esa, con su baja de maternidad, y además, las vacaciones.
Esa, con su jornada reducida.
(Por otro lado te preguntas: y ellos, ¿no llevan a sus hijos
al médico, no salen antes, no piden jornadas reducidas? Te preguntas: ¿por qué
por la mañana hay mayoría de padres llevando a sus hijos y por la tarde solo
mujeres recogiéndolos?).
Y por Dios, este texto, tiene que ser más, ya sabes, como si
lo firmara un hombre.
No me vengas con cuentos feministas, eso es solo una excusa.
(Te preguntas: una excusa ¿para qué?)
No me vengas con temas de género.
No me vengas con feminismo, con cuotas. ¡Cuotas! En lo más
alto están las que se lo merecen, punto.
No me vengas.
Misoginia en las
mujeres.