domingo, 1 de octubre de 2017

NACIONALISMOS FÁCILES O PONGA UNA URNA EN CADA CARRO



Es: cómo habla la gente, con la boca más cerrada, con una especie de eco cantarín (y contagioso). Son: las palabras, prestar, prao, fréjoles. Las canciones que oíamos a nuestros abuelos. 
Es: el lugar, con su empedrado y la sombra de la catedral, los Picos de Europa, Babia y Laciana, el Páramo y la Ribera, la Maragatería y el Bierzo. 
Es: un sentimiento de compartir algo especial, unas tradiciones únicas -San Froilán, las cantaderas, los pendones, las romerías, la lucha leonesa, el mastín leonés- algo que nos hace diferentes.
Diferentes a los otros, los que no son de aquí. 


A mí, en cuanto llego, me cambia el tono de voz, me lo dice Martín, ¿mamá, por qué hablas así? (y cierra la boca en torno a una especie de u) Y entonces pienso: qué fácil es dejarse llevar por ese sentimiento, yo soy de aquí, lo vivo, lo llevo en la sangre, me reivindico en mi nación,
frente a los otros.

Tenemos unas Cortes, de 1188, las primeras de Europa -reconocidas por la Unesco-, tenemos una lengua, el llionés -extinguida pero con una literatura medieval-, una dinastía de reyes y emperadores-enterrados en una cripta en San Isidoro-, una gastronomía, una arquitectura, varias sagas de escritores, ¡somos una nación!
Frente a los otros.

Es un sentimiento gregario, formas parte de algo más grande que tú, algo que te hace diferente
frente a los otros. Los otros que no lo entienden ni jamás lo entenderán, ni la música ni la lengua ni el paisaje ni la poesía ni las tradiciones -ni la morcilla-. ¿No es eso?

Quizá hoy en León, donde se han reunido tantos pueblos de la provincia por la fiesta de San Froilán, con sus bueyes y sus caballos y sus carros engalanados y las mujeres y hombres cantando y los niños repartiendo roscón deberíamos haber puesto una urna en cada carro. 
El lema es lo de menos: León no es Castilla. Leonesismo. Free León. República Independiente de León. Whatever. Resarciremos el error histórico de ser parte de Castilla o el error histórico de no ser un reino independiente. Dejémonos llevar por el sentimiento -que es lo más fácil-.